Estudio del Instituto Forestal (INFOR) demostró que la capital de la Región de Aysén disminuyó en un 45% el uso de leña en los últimos diez años; lo cual se explica por factores asociados, principalmente, a la implementación de buenas políticas públicas y cambios en los hábitos de consumo de las familias.


Una disminución del 45% en el consumo de leña registró la ciudad de Coyhaique entre los años 2009 y 2020, según se desprende del estudio “Consumo de leña y otros biocombustibles sólidos en la Región de Aysén: adopción acelerada del pellet en la ciudad de Coyhaique y predominio de la leña en el resto de la región”, elaborado por el Instituto Forestal (INFOR), organismo adscrito al Ministerio de Agricultura. El resultado se explica en parte por la implementación de buenas políticas públicas, cambios en los hábitos de consumo de energía y el ingreso del pellet al menú energético de las familias.

De acuerdo con el investigador del INFOR y responsable del estudio, Dr. René Reyes, “este es el primer estudio que aborda el consumo de leña en toda la Región de Aysén, pues se basa en encuestas aplicadas en todas las localidades y sectores rurales de la región, desde La Junta en el norte hasta Villa O ́Higgins en el extremo sur”.

Según la investigación, que consideró la aplicación de encuestas presenciales a una muestra de viviendas en áreas urbanas y rurales, el 80% del consumo de energía en la Región de Aysén proviene de la leña; el 8% del gas licuado; el 5% de la electricidad; el 5% del pellet; el 1,5% de kerosene y el 0,5% de otras fuentes de energía. En áreas urbanas, el 82% de las viviendas consume leña, cifra que llega al 99% en áreas rurales.

En el caso específico de la ciudad de Coyhaique, que concentra el 28% del consumo regional de leña, se observa un fuerte desacople entre crecimiento demográfico y consumo de este combustible. “Uno de los factores más importantes que explican este desacople es el menor porcentaje de familias que cocinan con leña”, explica el investigador de INFOR, Rafael Sanhueza, coautor del estudio. Sanhueza añade que otro de los elementos que está incidiendo en disminuir el consumo de leña es el uso de fuentes de energía complementarias, como kerosene y pellet, además de cambios demográficos que se expresan en familias más pequeñas y un uso menos intenso de la vivienda, y la implementación del Plan de Descontaminación Atmosférica (PDA).

Respecto de este último punto, la especialista en temas de eficiencia energética de INFOR, Dra. Alejandra Schueftan, señala que políticas públicas como los PDA se han traducido en subsidios de reacondicionamiento térmico de viviendas, el reemplazo de estufas a leña por otras tecnologías y el fomento del uso de leña seca, acelerando procesos de transición energética que han permitido la reducción del consumo.

“Fortalecer ese proceso, e implementar un plan integral de eficiencia energética que implique mejorar el programa de reacondicionamiento térmico de viviendas y mayores exigencias para las normas de emisiones de los calefactores a leña, sería un buen camino. Algo similar debería implementarse en Puerto Aysén, Cochrane y otras localidades para que toda la región avance al mismo ritmo”, enfatiza la Dra. Schueftan, quien también es coautora del estudio.


El rol del pellet.

No obstante, el factor que más ha incidido en desacoplar el crecimiento de la ciudad con el consumo urbano de leña ha sido la transición hacia el pellet. “De acuerdo con este estudio, el 27% de las viviendas de la ciudad de Coyhaique consumen pellet. El 70% de ellas solo consumen pellet y el 30% restante lo combinan con leña. El pellet es un actor relativamente nuevo en el escenario energético de la ciudad, entrando con mucha fuerza a partir del 2018 de la mano de la implementación del PDA”, explica la Dra. Schueftan.

De hecho, según los datos levantados por INFOR, el consumo actual de pellet en Coyhaique es de aproximadamente 3 mil kilos por vivienda al año, casi el doble de lo que registra, por ejemplo, Puerto Montt, y mucho mayor a lo observado en otras ciudades del país.

Para el investigador Rafael Sanhueza, el aumento del consumo de pellet y, con ello, un menor consumo de leña en Coyhaique es importante, tanto desde el punto de vista ambiental, ya que se reduce la presión sobre el bosque nativo, como desde lo sanitario, ya que permite disminuir los índices de contaminación atmosférica urbana producto del uso ineficiente de la leña.

Lo anterior es relevante en Coyhaique, que ha sido considerada los últimos años una de las ciudades con peores indicadores de calidad del aire en el continente americano.

“Considerando el aumento de precio del gas licuado y los combustibles fósiles en general, que se viene observando en los últimos años, y el alto costo de la electricidad, la única posibilidad que tienen ciudades como Coyhaique para reducir la contaminación atmosférica es fortalecer el programa de recambio de calefactores, priorizando el pellet, e implementar un plan integral de eficiencia energética para hacer más limpio y eficiente el uso de leña”, resume Sanhueza.


El impacto en el bosque nativo.

La Región de Aysén registra el consumo de leña por habitante más alto del país (5,5 m3 sólidos/año) y del mundo. “Ni siquiera en el África Sub-Sahariana se consume tanta leña por persona como en la Región de Aysén”, señala el Dr. Reyes, en base a las estadísticas de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

Según el estudio de INFOR, las razones que explican este alto consumo de leña son el clima de la región, la alta disponibilidad de biomasa, debido a la abundancia de bosques nativos, plantaciones forestales y áreas cubiertas por pinos asilvestrados, y los serios problemas de conectividad que históricamente han dificultado el acceso a otras fuentes de energía.

“Sin embargo, prácticamente el 100% de la leña que se consume en la región proviene de bosques nativos, muchos de los cuales se cortan de manera ilegal, o legal, pero con prácticas de manejo que no siempre son las más adecuadas. Este escenario es diferente a lo que ocurre en las regiones de Los Ríos y Los Lagos, donde el abastecimiento de leña depende crecientemente de la cosecha de plantaciones de especies exóticas, las que han reducido la presión sobre el bosque nativo”, detalla el Dr. René Reyes.

Según los datos de INFOR, el 73% de la leña que se consume en la ciudad de Coyhaique corresponde a lenga; el 13% a ñirre y el 14% a otras especies. En Puerto Aysén, en cambio, el 85% de lo consumido es lenga; el 1% ñirre; el 3% coigüe y el 12% contempla otras especies. En ambas ciudades se observa un agotamiento gradual del ñirre, y una mayor dependencia relativa de lenga.

El estudio “Consumo de leña y otros biocombustibles sólidos en la Región de Aysén: adopción acelerada del pellet en la ciudad de Coyhaique, y predominio de la leña en el resto de la región”, está disponible en la web observatoriobes.infor.cl