Más de 37 mil recolectores y recolectoras de Productos Forestales No Madereros es el saldo que dejó el primer catastro de este tipo en las regiones de Ñuble y Biobío, y que servirán de base para poder conocer de mejor manera el trabajo que realizan miles de personas en los sectores rurales de estas zonas.


El estudio que ejecuta el Instituto Forestal (INFOR), organismo adscrito al Ministerio de Agricultura, se enmarca en el programa de “Fortalecimiento tecnológico y comercial de recolectores de Productos Agrícolas No Madereros en la región del Biobío”, es financiado por el Fondo Nacional de Desarrollo Regional Biobío (FNDR), logró vislumbrar datos respecto al ejercicio de este trabajo. De esta forma, y de acuerdo a estos resultados, existe un total de 8.635 y 7.884 jefes y jefas de hogar en las regiones del Biobío y Ñuble respectivamente, que señalan realizar junto a familiares y/o vecinos/as de la localidad, actividades de recolección temporal o permanente de PFNM. Incorporando el factor de expansión (número de personas que acompañan al jefe de hogar en la actividad de recolección) se obtuvo como resultado final la existencia de un total de 37.675 personas que realizan este oficio en ambas regiones, de las cuales 20.724 (55%) pertenecen a la región del Biobío y 16.951 (45%) a la región de Ñuble.


Respecto a los resultados del informe, Fernando Raga, Director Ejecutivo del Instituto Forestal, comentó que este catastro es “un gran paso” ya que no solo se midió la cantidad de personas involucradas en esta actividad, sino que se les caracterizó. “Esto nos permite tener una base mucho más sólida para que los organismos respectivos generen políticas públicas básicamente en dos líneas: para mejorar las brechas de ruralidad con los sectores urbanos en materia de calidad de vida, y lo otro es la sustentabilidad, para que así esta actividad pueda permanecer en el tiempo en forma armónica con el desarrollo de los ecosistemas”, indicó Raga.


Gerardo Valdebenito, coordinador del Área de Diversificación Forestal e investigador del INFOR y uno de los editores de este estudio, explicó que, gracias al catastro, se puede vislumbrar el número real de recolectoras y recolectores en la macro zona Biobío-Ñuble. “Son más de 37 mil personas las que trabajan de forma permanente o esporádica en este rubro, y esta cifra nos permite tomar la real dimensión del trabajo en el campo, afinar políticas públicas, poner el foco donde sea necesario apoyar, ya sea desde la institucionalidad pública o el sector privado, para potenciar este rubro que tiene un impacto gigantesco desde el ámbito económico, y que además conserva cultura y patrimonio”, relató el investigador del Instituto Forestal.


De acuerdo al Seremi de Agricultura de la región del Biobío, Francisco Lagos, la publicación de este estudio permite mejorar el trabajo que actualmente realizan. “Estamos muy contentos porque el Instituto Forestal, uno de los servicios del Ministerio, realizó este catastro que abre un tremendo escenario para seguir trabajando, ya que es mucho más de lo que esperábamos y va totalmente en línea con el desarrollo rural, que está dentro las políticas agrícolas de nuestro presidente Sebastián Piñera”, explicó la autoridad regional de la cartera.


Fernando Borquez, Seremi de Agricultura en Ñuble, manifestó estar “gratamente sorprendido” con los resultados del catastro.  “Hoy día ya pasamos a una etapa más profesional y que nos deja clara varias cosas. Primero, que es un rubro muy importante en términos de generar trabajo e ingresos para familias de origen rural y un aporte muy importante de las mujeres que representan más del 60%.  Segundo, se ve que, de los volúmenes recolectados de más de 30 especies, como en el tiempo han ido ganando valor. Esto último nos deja una tarea tremenda que va en el sentido de poder utilizar estos productos para generarle un valor agregado, de tal manera que nos posicionemos como país como generador de alimentos sanos, naturales y saludables”.


Por su parte, la presidenta de la Mesa Regional del Biobío de PFNM, Verónica Salas valoró que “Para nosotros este es un paso fundamental que marca el inicio de una nueva forma de trabajo, conectada con una realidad medible con cifras específicas. Esto es tremendamente significativo para nosotros porque hasta el momento siempre hemos trabajado con aproximaciones, sin tener certezas ni del número de personas a quienes nos dirigimos, ni de la ubicación, etc. Es importante que esto salga afuera para poder trabajar en la línea de los recolectores tanto en el sector público como en el privado”.

Cabe destacar que este estudio, además, logró identificar los principales productos recolectados en las regiones de Ñuble y Biobío, destacando en primer lugar la mora, luego la rosa mosqueta, el maqui y hongos silvestres provenientes de plantaciones forestales y del bosque nativo, hierbas medicinales, avellanas, nalca, murta y digueñes, entre otros.