Hombre de pocas palabras, sonrisa esquiva y grandes silencios, pero que sin duda vivió la vida con un gran corazón. Paradójico fue que justamente este órgano dejara de latir la madrugada del 8 de abril, de manera sorpresiva, casi en silencio, como muchos lo describen.

Algunos lo conocieron como Pedro, que en la historia bíblica se denomina “Piedra”, firme como una roca, acaso un augurio que hace alusión a lo fuerte de su anatomía y a la fortaleza de su corazón. Así era Pedro para nosotros, Shago para su familia, apodo regalado por su abuelo – amante del Santiago Morning – y que con la emoción de ser el primer nieto, siempre lo llamó tiernamente Shaguito.

Pero el apodo no fue casual, en su vida privada y en su pasión como dirigente del futbol amateur, en donde realizó un trabajo extraordinario salvando de la droga a muchos jóvenes por más de 20 años, siempre fue conocido así. Tanto lo marcó el apodo que formó el club de sus amores como Shago en el Club Deportivo Villa Cordillera.

20170410 pedro1Previo a su partida, su aspecto se veía cansado. Algunos dicen que su mirada no era la misma, que incluso su color de piel había cambiado, que sus pasos eran cada vez más lentos... tal parece que todo en él nos anunciaba que algo cambiaría, pero nadie sospechó que había decido comenzar a despedirse, a su modo, en silencio, introvertido, sin aspavientos.

Nada de lo que lo convirtió en grande quiso que se conociese. Su pasión por el fútbol y más que eso, por ser un formador por décadas de muchos jóvenes en riesgo social, fue una de sus grandes batallas. Con gran orgullo y emoción fuimos testigos en su despedida, de los vítores de cientos de jóvenes y familias agradeciendo su existencia, no solo la del dirigente, sino también la del padre para muchos. Aún suena en nuestros oídos el cántico de los chicos diciendo: ”Chao papi”….

Su partida es dolorosa y doblemente lo es para su familia a la que amaba y de la cual fue núcleo irremplazable como motor articulador de todo lo que allí sucedía.

Hoy en el Instituto Forestal lloramos tu partida, repentina, en silencio. Tu modo particular será siempre recordado. Hombre de largos silencios y corazón grande, como cuando fue el terremoto de 2010 y sin dudarlo partiste a Concepción con un compañero a ayudar a tus colegas de la Octava Región que estaban sufriendo.

Esperamos que tu muerte no sea en vano, que ésta sea una enseñanza para muchos. Nos enseñaste con tu partida que hay que detenerse en la vida para lo que es realmente importante.

Nos enseñaste en silencio, sin palabras, pero con hechos.

Adiós Pedro; hasta siempre Shago... 

Abril 2017.